Habla oh Señor: ¿Cuál es mi deber? ¿Ninguna curiosidad? Acepto el sacrificio ¿Abrigo pensamientos de egoísmo? Los rechazaré con todas mis fuerzas ¿Tengo algún afecto desordenado? En adelante quiero amarte solamente a Ti; fuente de todo amor; a Ti en tus santos, en María, en José y en los ángeles custodios; solamente a Ti en tu Iglesia.
(E.19)
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