2.1.09

SAN JOSÉ MARELLO

San José Marello, nació en Turín el 26 de diciembre de 1844. Su infancia transcurrió en San Martino Alfieri, cerca de Asti.Cuando tenía cuatro, falleció su madre, desde entonces se acogió bajo el amparo de la Virgen María. Su devoción a la Virgen María fue determinante en su opción y fidelidad a la vocación.

José, fue un niño muy aprovechado en los estudios. Su padre Vicente Marello, como premio a sus éxitos escolares, lo llevó de visita al santuario de nuestra Señora de la Misericordia en Savona. Allí a los doce años la Virgen le invitará a servir a su Hijo Jesús: “HAZTE SACERDOTE, ENTRA AL SEMINARIO”.

El 31 de octubre de 1856 entró en el seminario de Asti, por sus méritos fue asistente y animador de sus compañeros. Con algunos de ellos mantuvo un vínculo de amistad muy profunda, llevándolos a establecer una regla de vida muy exigente y a vivirla juntos, como preparación para la ordenación y para el ministerio presbiteral.

Fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1868. José Marello ejerció su servicio sacerdotal en la diócesis de Asti, primero como secretario del Obispo y luego atendiendo las varias actividades de la Curia. Se dedicó con celo a las confesiones, a la dirección espiritual y a la catequesis.
Se interesó por la formación moral y religiosa de la juventud; para los jóvenes obreros organizó cursos vespertinos de catecismo.Mostró disponibilidad para ayudar al clero de la diócesis en el ministerio pastoral. Fue sensible hacia los ancianos, haciéndose cargo una Casa de reposo, que no tenía medios para asistir a los desvalidos.Trabajó para comprometer al laicado a través de varias iniciativas católicas que iban surgiendo para sostener la persona y la acción del Papa en momentos tan difíciles para la Iglesia.
Sintió un profundo deseo de dedicarse totalmente a Dios en la vida contemplativa. Su obispo, Mons. Carlos Savio, de quien era secretario, le aconsejó diciéndole que el Señor esperaba otra cosa de él.
Quiso trasmitir esta aspiración de dedicarse totalmente al Señor proyectando una nueva Familia religiosa, que hiciera revivir en la ciudad de Asti la vida
religiosa masculina, sofocada por las leyes subversivas de aquel tiempo.

El 14 de marzo de 1878 fundó la Congregación de los Oblatos de San José, proponiéndoles como modelo a San José en su relación íntima con el Hijo de Dios y en el cuidar los intereses de Jesús. A sus Oblatos, Sacerdotes y Hermanos, encomendó de modo particular la difusión del culto a San José, la formación de la juventud y la ayuda ministerial a las iglesias locales.
Durante el Concilio Vaticano I, José Marello tuvo ocasión de relacionarse con Obispos y Cardenales, precisamente el Cardenal Joaquín Pecci tuvo ocasión de apreciar las dotes y virtudes del joven sacerdote José Marello, que acompañaba a su Obispo como secretario. Elegido Papa el Cardenal Gioacchino Pecci, con el nombre de León XIII, lo nombró Obispo de Acqui, convencido de haber dado a esta Diócesis una "perla de Obispo”.
Como Obispo de la diócesis de Acqui, conoció todas las parroquias con ocasión de las visitas pastorales. Siempre se mostró cercano a todos, procurando unir los corazones entre el clero y los fieles.
En su acción pastoral promovió: El catecismo, la educación cristiana de la juventud, las misiones y el testimonio cristiano.Murió el 30 de mayo de 1895 en Savona, donde por invitación
del superior de los padres escolapios, fue para tomar parte en las celebraciones del tercer centenario de la muerte de San Felipe Neri. Su salud no estaba en óptimas condiciones, fue obediente y pronto, por eso dijo: “se celebra la fiesta de San Felipe Neri y si Dios quiere se muere”, fue una verdadera profecía.
Antes de su muerte su fama de santidad, humildad y generosidad, fue conocida por la feligresía Acquense.Por sus numerosos milagros e intervenciones, el 28 de mayo de 1928 se introdujo la Causa de Beatificación, el 12 de junio de 1978, en presencia del Papa Pablo VI, se leyó el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes.

El Papa Juan Pablo II lo proclamó Beato en Asti el 26 de septiembre de 1993, en esa ocasión les presentó a los Pastores del pueblo de Dios, a sus Oblatos y a los fieles, como ejemplo y modelo de caridad hacia todos, con incansable y silenciosa labor en favor de los jóvenes y de los marginados.
El mismo pontífice, el 25 de noviembre del 2001, le inscribió en el libro de los santos. Desde entonces será modelo para toda la cristiandad y para sus oblatos, y con sus ejemplos de abnegación y santidad.

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